Si tuviera que partir cualquier día de estos, me iría contenta y agradecida con la vida, creo llevar las herramientas aprendidas y necesarias para mi nuevo amanecer.
Los ojos vieron la majestuosa Madre Naturaleza y aprendieron su lenguaje,
en donde Ello manifiesta, lo exterior para que conociera mi interior y aprender esa conjugación en donde forma y objeto solo fueron los vehículos de la comprensión. Me abrasé a mi Padre Sol, a mi Madre Luna. El Padre Viento sosegó mis pensamientos y me llevaron a saber del Universo, del Infinito, donde ahí sé bien que conocí el Amor.
Voy confiada para mi nuevo amanecer, tranquila y feliz por esta vida que me regaló oportunidades para escuchar a mi amada Fuente que ahora sé que vamos unidas una y otra vez en cada renacer, Namasté.
Queoquina.
Hermoso texto, solamente con prestar atención a la respiración ya estamos concientes de ese eterno ritmo del universo.
ResponderEliminarCariños.