20 noviembre, 2012






Oración Lakota


Disminuye el ritmo de mi vida, Señor.

Calma el latir de mi corazón, aquietando mi mente.


Reduce mi paso apresurado con una visión de la eterna extensión del Tiempo.

Dame, en medio a la continúa confusión, la calma estabilidad de las montañas milenarias.

Rompe la tensión de mis nervios y de mis músculos con la serena música del canto de los arroyos, vivos en mi memoria.

Ayúdame a conocer el mágico poder restaurador del sueño.

Enséñame el arte de tomarme breves momentos de pausa, de disminuir mi ritmo para observar una flor, para charlar con un amigo, acariciar a un perro, leer algunas líneas de un buen libro.

Recuérdame cada día la fábula de la liebre y la tortuga, que pueda aprender que en la carrera no siempre gana quien va más rápido, y que en la vida si puede hacer algo mejor que aumentar la propia velocidad.

Haz que eleve mi mirada al enorme roble, y sepa que ha llegado a ser así porqué creció lentamente y bien.

Disminuye el ritmo de mi vida, Señor, e inspírame a hundir mis raíces en el suelo de los valores duraderos para que pueda elevarme hacia las estrellas de mi gran destino.

30 octubre, 2012

Calavera del dìa de Muertos





Para este día de muertos aquí en México por tradición se acostumbra elaborar las: “CALAVERITAS, que son ingeniosos versos populares, satíricos y festivos, que comentan en forma de epitafio las acciones de personas vivas –sin respetar posición social, política o eclesiástica– y aparecen en periódicos, revistas y hojas independientes. Son versos de origen colonial relacionados con expresiones de la Edad Media europea como la “danza de la muerte”, y con la concepción prehispánica de que la muerte es inseparable del ser humano.


Calavera de Queoquina

Ya se va Queoquina muy contenta para el panteón
Agradecida de esta vida por todo lo que aprendió
Se lleva las enseñanzas que  de sus amigos los blogueros  aprendiò
Ya lleva los Haikus, los Vedas y  los Sutras para leerlos 
sentada en su tumba tomando el sol
recordando los buenos tiempos que paso.
Queoquina.

21 agosto, 2012

Farol de la calle Oscuridad de la Casa


Por mas apego a la religión que se  profese
aun por la  mas sublime enseñanza o filosofía que se predique
si no se atiende  a que las  enseñanzas  las gocen nuestros seres amados que día a día se levantan a nuestro  lado, entonces somos simplemente farol de la calle oscuridad de la casa.
Queoquina.




01 agosto, 2012

Realidades



Realidades conscientes
Realidades inconscientes, todas envueltas en la bruma del sueño...este sueño.
Percepciones que emergen y se sumergen, fluctuando ligeras sin darles vida con  ilusión o  apego.
Reconociendo que Algo es  que las sostiene intactas, en silencio, inamovible
Solo observando como se entrelazan pudiendo ser densas o pasajeras eso queda a elección.
Queoquina.

21 julio, 2012



Ramana Maharshi indicaba que las religiones son como los primeros renglones en donde uno se enseña a escribir, eso cuando se tiene la fortuna de tener buenos maestros, guìas, gurus, sacerdotes,  o como se le quiera nombrar; por desgracia la generalidad es que topamos con la enseñanza en donde para conocer la sabidurìa,  màs bien depende de la intuiciòn y percepciòn de cada ser,  de otra forma la enseñanza se convierte en los renglones torcidos de Dios. 
Queoquina.

10 julio, 2012

Sueños


Todo aparece y desaparece, personas y situaciones cambian en impredecibles maneras.
 Es solo  un sueño de este tic-tac de tiempo, cuando se comprende este ciclo de variabilidades  ¿de qué se ha de preocupar?
De nada solo aprender a gozar.
Queoquina.

26 junio, 2012




La mejor compañía que te puedes hacer es caminar con la maravilla de la naturaleza que te invita en cada manifestación a regresar a tu apacible, amoroso, feliz y verdadero estado del Ser. Todo lo que acontezca en el camino obsérvalo con atención, toma la enseñanza y vuelve tu mirada a la creación que ella te guiará y mantendrá  libre de todo apego, reposa pues en el hermoso lenguaje silencioso de lo que la Madre Tierra te ofrece como medicina que cura el tránsito por este tiempo-espacio que siempre está para darte agua viva, eterna...continua.
Queoquina.

19 mayo, 2012





Letanía erótica para la paz



Amado, ven, asómate al principio del mundo.
Somos los mismos, mismos de hace cincuenta mil años.
Somos aquellos, estos, los de allá, los de siempre
y los que han de seguirnos y los que vendrán luego.

Eras solo. Eras entonces solo.
En el pecho llevabas un hueco.
Las auroras eran amargas
como niños ciegos que quieren saber de qué color es el viento.
Eras entonces solo.
A veces la arena te subía hasta los ojos.
En cambio el agua te daba en los pies imágenes truncas.
Corrías por las orillas de todos los horizontes
y sobre el filo de las tardes
le gritabas al abismo.
Él recogía tu voz, la adornaba con matices raros
y la maduraba en ecos para que no te sintieras solo.
El abismo era tu amigo.


Pero eras entonces solo.

Otras veces llevabas tu soledad hasta el crepúsculo
y aquel incendio mudo se te iba para adentro.
Después te barnizaba un malestar luminoso.

La noche era tu enemiga.
Inacabable, sabía estirarse en dimensiones inauditas, adelgazarse
hasta ser como un hilo cortante y molesto,
con rumores de sordos quejidos.
A veces te golpeaba en monorritmos
con un nombre que no conocías, como si fuera hecho de lluvia.


Es que la noche vivía sola.

El lecho era también tu enemigo. Sin ojos te miraba con fijeza.
te escarbaba con sombras.
Te enardecía con desprendimientos.
Tejía brazos como trenzas para sofocarte.
Inventaba respiraciones cálidas,
tactos imposibles.

Había más: tu pensamiento no te dejaba descansar.
No podías separarte de él. Con su maleza de preguntas
te enredaba el día.
Tu pensamiento sin palabras, incomunicado
en la cárcel de tu cabeza.
Tu pensamiento absorto ante la carcajada del trueno.
Tu pensamiento sorprendido ante lo inútil del relámpago,
ante el por qué de la tormenta o de la tranquilidad.
Tu pensamiento girando azotado por un tema idéntico.
Tu pensamiento construido de insatisfacción.
Tu pensamiento que presentía la renuncia forzada de lo que no poseías.

Tu pensamiento recorriendo la montaña
hasta la punta de su ávido pezón.
Tu pensamiento dando tumbos por la llanura y buscando nada.
Tu pensamiento.
Tu pensamiento siempre.


Pero un día enfebrecido, te me abriste del pecho.
Te nací desde un grito.
O tal vez desde un largo silencio.

Mansa, como una cuerda que se arrastra,
torpe, como una virgen,
como un larga cifra enredada en tus huesos,
como un llanto continuo que goteara en lo oscuro,
como ronda el aullido al tope del silencio,
como el agua primera,
definitiva como amante muerta,
pero viva y levantada desde el polvo para tu compañía,
simple mitad y complicada fuente,
vine a tu encuentro.

Vengo de donde quiera, del aire o del espanto
soy la siemprellamada en tus noches sin tregua,
soy horda primitiva arrasando tu calma,
soy ya la mejor bestia mientras mi vientre gime,
la del pecho callado,
perdida en un ovillo de humildad y de cielo.
Para cuando me quieras tendré en los ojos luna
y en los brazos tendidos un racimo de cantos.


Aquí estoy, bienamado,
aquí estoy, compañero.

Soy sola en mi naufragio y vengo a tu ribera.
Soy la medida exacta salida de tu barro,
el sabor de la brisa, la lucha de tu cuerpo,
la fragancia inasible para tus fuertes dedos,
pero el trayecto corto para tu beso largo.
No sé hasta donde siento que mi ansiedad te alcanza,
ni hasta donde, cautiva, tu inmensidad me toca.
¡Qué simple nuestro encuentro y qué definitivo!
¡Oh tú, vaso riente, ganador de la espuma!
Rostro deshabitado que instala su sonrisa.
La mañana comienza a subir alegría
mientras maduro el mundo palpita su trabajo.

Vamos hacia el principio.
Asómate al abismo
y mírate en los siglos:
tus iniciales viven desde antes que existieras.
Mi cuerpo te recibe desde el fondo del caos.
Bebo en tus ojos y en tus manos bebo,
hueles a intensidad como la noche,
y en este olfato ciego sé que te pertenezco.


Acoge mi esplendor y conviértelo en ruina,
porque me doy entera como un día de sol,
porque soy la constante,
porque soy la distinta,
porque me llenas de amor hasta las lágrimas,
porque estamos en este mundo construido para nosotros
por nosotros,
porque en el lecho edificamos la muerte
al dar vida.

Este animal que dormía en mí en su bosque de ternura,
este albor que me brilla por los poros,
estos conos truncados de las frases,
esta tu soledad urgida que se prendió en el desierto
esperando el sonido de bocas silenciosas,
la caricia colgada de las manos dormidas,
el cabello hacia el viento,
esta antorcha de tactos que nos quema los huesos,
es el mundo de siempre
en que estamos viviendo.

No podemos borrar la palabra que escribieron los abuelos,
porque hemos borrado la palabra asco,
porque hemos borrado la palabra miedo,
porque hemos borrado la palabra olvido
y hemos colmado los porqués del orbe.


Húmeda compañía engendradora,
hombre desde el principio 
y mujer de la esencia.


Somos los dos y estamos llenando el mundo.


Afuera dicen que la muerte llueve.
Caminamos y de trecho en trecho la sangre se agolpa.
El viento trae el rumor de todas las angustias.
Innumerables hocicos anuncian sus colmillos.


Alguien pregona la destrucción,
alguien quiere tragarse la palabra humanidad,
porque los cerebros fríos se están calentando con odio.
Dicen que la muerte llueve
y en alambres de púas se clavan las preguntas.
Piensan hoy que comemos muerto a diario
y en esta muerte transformada somos.
Una noche animal da al horizonte
y en él
arden los niños y los hombres arden.
El desaliento curva las espaldas
las frentes miran hacia abajo,
sobre la piel se unta el miedo,
los ojos se llenan de vidrios
y el corazón, caracol de pánico, ensancha su locura.
Empequeñecidas,
las madres son gusanos que piden misericordia
en este breve infierno,
mientras el aniquimilamiento silba como víbora.
Porque la inconciencia ha pedido nuestro uniforme final.

Dicen que la muerte llueve y estamos ya pisando polvo de hombre,
que nos hundimos en inmensa herida
y que hace mucho Dios está cansado.

No podemos sentarnos y ver como crece la angustia
donde antes crecía la hierba.
No vamos a reconstruir el llanto.
No aceptamos la tarea de morir.
Tenemos que decir algo.
El relato sencillo de las mujeres que seguirán poblando el universo.
El canto de los hombres de cuyo vigor saldrán las demás generaciones.

Porque es mentira esta isla de muerte
que nos vamos haciendo,
donde no hay un "te acuerdas"
que no hayan mutilado.
Porque no ha de romperse el mundo. Hemos de seguir siendo.
Porque estamos aquí. No hay todavía.
Somos los dos.
Quemados por la misma llama,
ungidos con el mismo aceite,
sucios por la misma ceniza,
doblados por la misma lluvia,
amados por el mismo viento.



Los mismos desde el principio,
los de siempre,
los de después.
Somos la pareja que aquella tarde doblegó a la hierba.
Somos la que hizo sangrar olor a la tierra,
la que finge pescados al amarse bajo el agua,
la que inventa pájaros al sentirse las alas,
la que siente el río del tamaño de su sed.
Somos la que aquella mañana defendiera su adiós con lágrimas.
La que se ama sin saciedad.
La que no cree en la costumbre o el desamor.


Somos la que no se explica cómo puede haber tanta felicidad en tan corto tiempo.

El soplo igual de una sola llama.

Los dos ojos de un solo rostro.


La que una noche contaba inútilmente las estrellas.


Somos la que conjugó todos los verbos
hasta caer vencida en su victoria.
Somos la que no padece el vacío del vocablo soledad.
La que piensa que un hijo es la propia dimensión.
La que comprende que el amor es una conversación sostenida,
la que mezcla también su propio silencio,
la que piensa que un brazo será siempre la mejor almohada,
la que goza con su maligna ingenuidad.
La que también sabe vivir sin hijos.
La del simple derecho.
Somos la pareja que no puede acabarse con el griterío de la calle,
la que protege a cada momento su dicha,
la que muerde su angustia frente al hijo muerto.
La que puede hundirse en la pobreza
porque ha tasado su oro.
La que se estrecha en el bosque hasta adelgazar
las sombras haciéndolas una,
la que pesa la importancia de haberse conocido.
La pareja precursora de toda civilización.
Somos la que contuvo su adolescencia abundante,
la pareja que alargó su ancianidad en compañerismo,
la que derramó su fértil madurez,
la que no mira el color diferente de la piel,
somos la que llevó su unión hasta lo Desconocido,
porque piensa que la muerte
sólo es un cambio en el tiempo de los verbos,
somos la misma generación repetida
tantas veces como el "yo te amo",
porque somos dos mil generaciones pero también un solo ser.
La pareja que camina a tientas para encontrarse siempre,
porque ciñe en su abrazo universal
el límite del tiempo.


Somos la misma, misma de hace cincuenta mil años,
la de allá, la de siempre, la que ha de seguirnos
y la que vendrá luego.



De: Letanía erótica para la paz, 1963

09 mayo, 2012

Nana Flora





Diez de mayo, día de la madre dicen por ahí,
Me recuerda a Flora la nana, que sin haber concebido ningún hijo en su vientre, hizo de muchos niños, hijos suyos.

Dedicada como cualquier madre amorosa, con sus cuidados en todos momentos, por las mañanas para que los niños salieran a la escuela. Cuando la  enfermedad se presentaba, se quedaba al pie de la cama para velar el malestar del niño.
Recuerdo sus manos grandes y toscas llenas de amor, era callada, sabía observaba sin decir palabra, todo lo hacía con calma nunca había prisa.
Era la primera en levantarse y la última en ir a dormir.
Amaba a los pájaros, a la naturaleza,  platicaba con ellos, cantaba con ellos, también los hizo sus compañeros.
Flora era mi nana y se fue haciendo mi madre. De ella aprendí mucho sin que me llenara de palabras, y así una tarde se fue, sin decir…nada.

Yo preguntaba – ¿y mi nana?
-Ya no está, se fue-.
Como ella, me quedé callada, el silencio se hizo vacío.
Recuerdo dos años después me regaló una visita, cuando enfermé, llegando del hospital ahí estaba Nana Flora que me regaló unos días de sus cuidados. Desde ese día supe que ella era parte de mi vida y comenzaron los viajes para su hogar.
Mujer humilde, era un gran mujer en su familia y comunidad, le tenían un gran respeto los que le rodeaban, y aprendí a escuchar su sabiduría.  Hubo muchos silencios, pero estar con ella viendo como molía los tomates y los chiles en su molcajete, me hablaba de todo.
Siempre que llegaba a su casa lo primero que hacía era poner su gran tina de metal al sol para calentar el agua, me bañaba, no importaba que ya fuera crecida, ella lo hacía como parte de un ritual en donde con sus fuertes manos  me quisieran  limpiar del mundo del que venía.
Cada vez que fui madre, llevaba a mis hijos a su casa, era tan feliz,  como le daban felicidad los niños… y los bañaba.

Una vez le pregunte - ¿Nana por qué no me trajiste contigo cuando te fuiste de casa? Y muy seria me contestó – y por qué lo debería de hacer si tú no eres mi hija;   Aunque me presentaba ante su  gente como tal.
Ella no le tenía miedo a nada, se reía cuando las personas manifestaban sus temores. En una ocasión llegué con mi primer niño después de que estuvo gravemente enfermo y le dije que mi niño se pudo haber muerto, ella me contesto. -  Pues no temas de la muerte, porque ella  te da el paso a la verdadera vida, no derrames ni una lágrima, hay que aprender que lo que se nos da, se nos quita-.
Entonces no entendía lo que me decía, muchas cosas las he ido entendiendo en este caminar.
 Mujer de gran fortaleza, la vida me dio la oportunidad de regresarle un poco de los cuidados que me dio desde que nací, cuando ella enfermo.
Llegué, me vio con su carita enferma y solo me dijo.- ¡Qué andas haciendo aquí muchacha!  -  Vine a cuidarte nanita-
-¡Estás loca ¡- No nana, no lo estoy… y la bañé.
Estaba con neumonía a sus 96 años de edad, pero lucida como ella sola.
Siempre hablaba del Señor, en cualquier momento lo alababa, trabajaba, y lo alababa, esa era su vida. Aún en su enfermedad, en sus sueños me decía:
-Sueño que corro en un campo extenso y voy cante y cante- No había queja.

Ya no pude seguir con las visitas a Flora, pero siempre hablábamos  por teléfono, aunque ya no oyera casi nada, nosotros hablábamos.
Un día a sus 100 años se fue Flora, llegué a su velatorio lleno de cantos por su familia, como ha ella le gustaba, se canto de día, se canto de noche. Le dije Nana, estoy aquí, gracias por tu amor de madre y tus enseñanzas. Recuerdo que en el  entierro, estaban ya esperando todos los niños de su familia, muchos que ella arrullo en sus brazos;  decían: ¡Queremos ver a Flora!,  queriéndose despedir de ella y después entre canto y canto los niños deshojaban flores, contentos sobre la tierra.  La nana Flora se fue con alegría, llena de paz y amor.
¡Nana,  por donde andes, feliz día de las madres!
Queoquina.




Es como Es



No te desgastes en encontrar, no hay nada de ello, todo llega cuando ha de suceder. Es mejor esperar la mañana y vestir el color de una bella flor y danzar con el día sus alegres o tristes melodías que todas partirán al llegar la luna y descansar una y otra vez en su compañía.
Y si llegan los deseos, abre bien la ventana para se vayan con el viento.
Sin embargo, si un día llega algo de lo que deseaste, siéntete afortunado más no agradecido, porque agradecido se debe vivir día a día por tener la fortuna de estar de pie en donde se te ha sido dado, muchas almas sufren innumerable escases en donde ni siquiera cabe un anhelo.

Todo Es como Es desde el principio de tus días, solo que con los años se van depositando grandes lozas en la espalda que encorvan y se pierde la visión de apreciar lo que simplemente somos.
Inhala y exhala el día escuchando el pulso de tu cuerpo en silencio para desprender cada una de esas lozas hasta que vuelvas a encontrar a ese hermoso Ser.

Queoquina. 


17 abril, 2012



Yo dormía pero mi corazón velaba
y oí una voz mi amado estaba a la puerta
hermana, amada mía, preciosa paloma mía
déjame entrar mi cabeza esta empapada de roció
la humedad de la noche corre por mi pelo
ya me he quitado la ropa, como volver a vestirme
ya me he lavado los pies, como ensuciarlos de nuevo
mi amado paso la mano por la abertura del cerrojo
se estremecieron mis entrañas sin sentirlo
me levanté y le abrí a mi amado
gotas de mirra corrían por mis manos
se deslizaban por entre mis  dedos y caían sobre el aldaba
le abrí a mi amado, pero ya no estaba allí se había marchado
y tras su voz se fue mi alma, lo busqué y no lo hallé 
lo llame y no me respondió
Cantares 5 La Amada

03 abril, 2012

Guía



Humildemente pido hoy a mi Señor que me mande la Gracia de encontrar el espacio entre mi impulso y mi acción.
Que deje correr una briza refrescante cuando yo respondiera acaloradamente, que interrumpa la fiereza con una paz apaciguadora.
Le pido que crítica se convierta en criterio, el silencio se anteponga cuando mi lengua se apure a atacar o a defender.


Prometo velar  por cada momento para volverme al Señor en busca de guía. Se que ese poder reside dentro de mi, tan claro como un arroyo de la montaña, oculto entre las lomas. Doy gracias al Señor por este mundo de luz y verdad que veo cuando dejo que dirija mi visión. Hoy confío encontrar el pensamiento o acción apropiada. Que así sea. 
Anónimo.

25 marzo, 2012

Esencias

He conocido la esencia de varias religiones, filosofías y creencias sin embelesarme con su aroma, sin embargo me han hablado de Aquello que habita en mi y que habla desde el corazón.
Queoquina.

10 marzo, 2012

Sobre el Sufrimiento

Tomado del siguiente blog, introduzco el link:  http://compadeviaje.wordpress.com/2012/02/24/sobre-el-sufrimiento/



Sobre el sufrimiento

  





P: ¿Cuál es el propósito del sufrimiento?
CdV: Creo que el sufrimiento propiamente dicho no tiene una razón de Ser concreta, sino que es una consecuencia del vivenciar. En cualquier caso, el único propósito que me parece factible es “tomar conciencia”.
El sufrimiento sucede igual que suceden las circunstancias que lo provocan… y dentro de ese suceder está “moviéndose” el presunto hacedor, cuya posibilidad de maniobra siempre es relativa.
Parece como si toda la supuesta seguridad que nos suele proporcionar las estructuras mentales se desvanecieran con el “dolor psíquico”… y el sufrimiento se podría decir que es la resistencia a ese dolor. Cuando uno no se resiste a lo que Es, en este caso al dolor, creo que no existe sufrimiento.
Cuando se vive el dolor nos volvemos mansos e incluso podemos llegar a sentir paz interior porque nos alinea y armoniza con lo que Es, con lo que somos y con la Vida. En ese punto se puede sentir, apreciar y comprender la simpleza de estar centrado en el vivir.
El sufrimiento en definitiva, es como un enconamiento que se produce cuando no aceptamos ese dolor, pudiéndonos estacionar en él hasta que “caigan” nuestras defensas y dejemos de resistirnos a sentir lo que haya que sentir: como una pérdida, una enfermedad, etc.
Nuestra mente es creadora de situaciones ideales que satisfagan los deseos que parten de nuestra imaginación y ante un suceso desagradable o que va en contra del ideal imaginado, entra en conflicto, primero negando la situación: originándose frustración… y si ese estado de “dolor negado” persiste, le abrimos la puerta al sufrimiento, que sería como un compás de espera hasta que nuestros mecanismos internos aceptan por completo la situación real que se contraponía a cómo queríamos que ésta fuese. Este sería como un periodo de asimilación o “duelo”.  
Cuando se dice que el sufrimiento sirve para “curar el alma”, sólo sucede de forma aparente porque creo que lo que verdaderamente nos sana es la aceptación irremisible de lo que está ocurriendo… y gracias a ese “soltar” de todo aquello que nos gustaría que fuese, podemos volver a alinearnos o equilibrarnos con nosotros mismos y con la Vida.
Importante no confundir aceptación con resignación; la aceptación es el punto de partida de “algo nuevo”, es un renacer al momento presente y es lo que nos proporciona un estado de serenidad que nos puede brindar cierta capacidad de acción.

14 febrero, 2012

Los Sentimientos

Un Recipiente Más Grande


A la edad de los 95 años, Genpo Roshi, uno de los grandes maestros Zen de la época moderna, hablaba de la puerta sin puerta y señalaba que en realidad no hay puerta alguna por la que debamos pasar para darnos cuenta de lo que es nuestra vida. Sin embargo, decía, desde el punto de vista  de la práctica debemos pasar la puerta, la puerta de nuestra soberbia.
Cada uno de los que estamos aquí, desde que nos levantamos hemos enfrentado de un modo u otro nuestra soberbia. 
Para pasar por la puerta que no es la puerta tenemos que pasar la puerta de nuestra soberbia.


  Ahora bien, el enojo es el hijo de la soberbia. Por enojo quiero decir toda clase de frustraciones, incluyendo irritación, el resentimiento, los celos. Hablo tanto sobre el enojo y cómo trabajar con él porque entender cómo practicar con el enojo es comprender cómo acercarse a la puerta sin puerta.


En la vida diaria sabemos qué significa alejarnos de un problema. Por ejemplo, he observado a Laura mientras  dispone de un hermoso arreglo floral: mueve y cambia las flores,; luego, en cierto momento  retrocede un paso y mira el arreglo para ver lo que ha hecho y cómo se equilibra el conjunto. Si ustedes hacen una prenda de ropa, primero la cortan, empalman y cosen y finalmente se colocan frente al espejo para ver cómo luce. ¿Cuelga bien de los hombros? ¿Qué tal está la bastilla? ¿Se ve bien? ¿Es una prenda apropiada? y retroceden un paso.


De la misma manera al poner nuestra vida en perspectiva, retrocedemos un paso y miramos. La  práctica Zen es hacer esto. Desarrolla nuestra capacidad de retroceder un paso y mirar. Recurrimos a un ejemplo práctico, un pleito. 
La calidad sobresaliente  en cualquier pleito es la soberbia. Supongamos que estoy casada y que tengo un pleito con mi esposo; él ha hecho algo que no me gusta, tal vez ha gastado los ahorros de la familia en un auto nuevo, y yo creo que el auto que tenemos sirve. Y pienso-de hecho lo sé- que tengo la razón.
Estoy enojada , furiosa y quiero gritar. ¿Qué puedo hacer con mi enojo?  ¿Qué cosa de provecho puedo hacer con él? Primero, creo que es una buena idea retroceder un paso: hacer y decir lo menos posible. Mientras me alejo un poco, me puedo recordar a mi misma que lo que realmente  quiero ser es lo que podemos llamar un Recipiente Más Grande. (En otras palabras, que tengo que practicar mi RMG.) Hacer esto es entrar en otra dimensión: la dimensión espiritual, si tenemos que llamarlo de algún modo.


Extracto tomado de el libro El Zen de Cada Día de Charlotte Joko Beck.

09 febrero, 2012

En una Ermita de la Jungla

De cuando en cuando, el Maharishee me visita inesperadamente en la choza después de su comida del mediodía. aprovecho la oportunidad para importunarle con nuevas preguntas, a las que responde pacientemente con frases tersas y epigramáticas, formuladas en forma tan seca y cauta que rara vez son sentencias completas. pero una vez, al proponer yo un nuevo problema, no me responde si no que mira hacia afuera, hacia las colinas cubiertas por la jungla que se extiende hasta el horizonte, quedándose inmóvil. Pasan algunos minutos sin que se desvíe su mirada, como si se encontrara distante de aquí. No puedo saber si su atención se concentra en algún ente psíquico invisible lejos de nosotros, o si fija sus pensamientos en alguna preocupación interior.


Al principio me pregunto si me habrá oído, pero durante el tenso silencio subsiguiente siento mi incapacidad o la ausencia del deseo de romper el silencio, percibiendo al mismo tiempo una potente fuerza que sobrepasa mi inteligencia racionalista  y me llena de temor al punto de sentirme abrumado. Asombrado y todo llego a comprender que mis preguntas no son más que una tentativa de establecer un intercambio de ideas cuya extensión no tiene límites; en alguna parte de mí hay una fuente de certeza capaz de proporcionarme todas las aguas necesarias de verdad y por ello vale más de dejar de hacer preguntas y comprender las tremendas posibilidades de mi propia naturaleza espiritual. De modo que callo y espero.


Al visitarme otra vez me encuentra poseído en el pesimismo. Me habla de la gloriosa meta que espera el hombre si emprende el camino señalado por él.
-Pero Maharishee, ese sendero está lleno de dificultades y yo ¡tengo una conciencia tan profunda de mi propia debilidad!- me lamento.
-Ese es el método  más seguro para perjudicarse uno mismo -responde impávido- ; sobrecargar la mente con el miedo al fracaso y la idea de sus propias limitaciones. 
-Sin embargo, si es cierto que...-insisto.
-No es cierto. El erro más grande del hombre consiste en creer que es débil por naturaleza, malo de nacimiento. Todo hombre es divino y fuerte por si mismo.Lo débil y malvado en él son sus hábitos, sus deseos y sus pensamientos; pero no él mismo.


Sus palabras me hacen el efecto de un tónico vigorizador.


Extracto tomado del libro La India Secreta de Paul Brunton 


    

02 febrero, 2012

La Pratica



LO QUE NO ES LA PRACTICA


La práctica de la meditación no sirve para producir un cambio psicológico.Si practicamos con inteligencia, el cambio psicológico se producirá. No lo estoy poniendo en duda, si no al contrario, es algo maravilloso. Lo que quiero decir es que el objetivo de la práctica no es producir un cambio.
La práctica tampoco ofrece un conocimiento intelectual de la naturaleza física de la realidad ni de los elementos constitutivos del universo o de sus funcionamiento. No obstante, también en este caso la práctica seria, nos proporcionará ciertos conocimientos sobre tales asuntos. Pero esa no es la práctica.


La práctica no tiene por objeto alcanzar un estado de bienaventuranza. No nos hace posible tener visiones. No ofrece luces blancas (o rosas o azules). Todo esto puede ocurrir, y si nos sentamos el tiempo suficiente es posible que ocurra. Pero eso no es lo que se pretende lograr con  la práctica.
La práctica no tiene que ver con poseer o cultivar poderes especiales. Existen muchos, y todos somos dueños de algunos en forma natural; hay personas que poseen más que otras y por supuesto no constituyen el propósito de la práctica.


La práctica no consiste en crear sentimientos agradables o de felicidad. No tiene que ver con sentirse bien, como algo opuesto a sentirse mal. No es un intento de ser alguien especial o de sentirse especial. El resultado de la práctica, o la meta de la práctica, o el propósito de la práctica no es estar siempre tranquilo y sosegado. Lo digo de nuevo: Después de años de práctica, tendemos a ser todo esto cada vez más, pero ese no es el propósito.
La práctica no se propone dotarnos de un estado físico carente de enfermedades, penurias y padecimientos. El acto de sentarse tiende a producir beneficios en la salud de mucha gente, aunque durante la práctica puede haber meses e incluso años de salud desastrosa. Pero insisto:  buscar la salud perfecta no es la meta, aunque seguramente con el tiempo ocurrirá  efectos benéficos para la salud de la mayoría de los que practican. Sin embargo, nada garantiza que tenga que ser así.


  La práctica no pretende llegar a un estado de omnisciencia según una persona sabe todo acerca de de todo, un estado en el cual una persona tiene autoridad sobre todos y cada uno de los problemas del mundo.  Quizá brinde un poco más de mayor claridad sobre tales asuntos, pero se sabe que aún la gente lista hace y dice cosas tontas. Así pues la omnisciencia tampoco es el propósito de la práctica.
La práctica no tiende a que seamos espirituales , al menos en el sentido común de la palabra. No tiende a que seamos nada en especial. A menos de que se crea que es imposible alcanzar la espiritualidad , este podría ser un propósito atractivo y dañino.


La práctica no sirve para reafirmar cualidades y eliminar los así llamados defectos. Nadie es bueno o malo. La práctica no es una lucha por ser bueno. Ese tipo de instrucción es una forma sutil de competencia. Podríamos continuar con una lista interminable. Todos los que siguen la práctica tienen algunas de estas ideas falsas. Todos esperamos cambiar, llegar a algún lado. Ese es el error básico. Basta analizar ese deseo para que empiece a aclararse, lo que termina por beneficiar a la práctica.
Comprendemos que nuestro desesperado estado por mejorar, por llegar a algún lado, es una ilusión y constituye la fuente de nuestros sufrimientos.
Si nuestro barco lleno de esperanzas, de ilusiones y ambiciones (llegar a algún lado) naufragara, ¿de que nos serviría? ¿Quiénes somos? ¿Qué podemos lograr en nuestra vida? ¿Qué es la práctica?.


El Zen de Cada Día  Amor y Trabajo.- Charlotte Joko Beck.

14 enero, 2012

Late el Corazón



Late el corazón una y otra vez diciendo la verdad de los sentires, es difícil escucharlo por que la mente grita y distrae; fuga para no escuchar esta verdad.
Cuando el corazón es lastimado lo callamos, evadimos el dolor y nos refugiamos tras la mente, caminos de laberintos  llenos de ignorancia , oscuridad y vacío.


Pero alguna vez se cae en cuenta de cuanto lastiman los pensamientos, los deseos...las apariencias; se cae en cuenta que el corazón se ha hecho de una coraza que no dejan escuchar los latidos, solo se oyen los pensamientos de una mente saturada, sin sentido perdida en la razón.
Cuando la mente se aquieta, la coraza comienza a caer del corazón en pedazos, empezando a respirar, latiendo con fuerza y al escucharlo en silencio y quietud se va drenando el resentimiento, el miedo, las culpas. ¡Cuanto dolor acumulado! y cuan purificador poderlo escuchar descubriendo el gran manantial de paz, de una nueva dimensión viviendo en lo Divino, gracias que así es.
Queoquina.

09 enero, 2012

Hambre Grande y Hambre Pequeña


Existe el Hambre Grande y el Hambre Pequeña.
El Hambre Pequeña quiere alimento para el estómago; pero el Hambre Grande, el hambre más importante de todas,  es el hambre de significado...


Al final solo hay una cosa que provoca en los seres humanos una amargura profunda e intensa,
y es haberse sumido en una vida sin significado...


No hay nada malo en buscar la felicidad...
Pero para un mayor placer del alma...
Hay algo más importante que la felicidad  o la infelicidad, y es el significado.


Porque el significado lo transfigura todo...
Si lo que estás haciendo tiene significado para ti,
es irrelevante si eres feliz o desgraciado. Estás satisfecho, tu espíritu no está solo...
Pertenece.


Los Bosquimanos del Desierto del Kalahari.

03 enero, 2012



Hoy tienes lo que necesitas, y tal vez ese Hoy no cambie las circunstancias por algún tiempo y parecerá que es demasiado largo o que no es lo que uno se merece.
Al convertirse en el observador en: Hoy tienes lo que necesitastal cual es, entonces se puede comprender la enseñanza en algún tiempo sin medida. Solo hasta que ocurra la comprensión del sì mismo; se da la pauta para que la enseñanza sea dada. 
La observación con la presencia de la Impermanencia sin tener que  saberlo todo, sin tener un porque de la vida simplemente siendo Presente pues todo ha sido dado y seguirá en ese ritmo infinito, aprender a vivir en esta constante es una de estas tantas verdades es decir:  Libertad de sí mismo. 
Queoquina