Un Recipiente Más Grande
A la edad de los 95 años, Genpo Roshi, uno de los grandes maestros Zen de la época moderna, hablaba de la puerta sin puerta y señalaba que en realidad no hay puerta alguna por la que debamos pasar para darnos cuenta de lo que es nuestra vida. Sin embargo, decía, desde el punto de vista de la práctica debemos pasar la puerta, la puerta de nuestra soberbia.
Cada uno de los que estamos aquí, desde que nos levantamos hemos enfrentado de un modo u otro nuestra soberbia.
Para pasar por la puerta que no es la puerta tenemos que pasar la puerta de nuestra soberbia.
Ahora bien, el enojo es el hijo de la soberbia. Por enojo quiero decir toda clase de frustraciones, incluyendo irritación, el resentimiento, los celos. Hablo tanto sobre el enojo y cómo trabajar con él porque entender cómo practicar con el enojo es comprender cómo acercarse a la puerta sin puerta.
En la vida diaria sabemos qué significa alejarnos de un problema. Por ejemplo, he observado a Laura mientras dispone de un hermoso arreglo floral: mueve y cambia las flores,; luego, en cierto momento retrocede un paso y mira el arreglo para ver lo que ha hecho y cómo se equilibra el conjunto. Si ustedes hacen una prenda de ropa, primero la cortan, empalman y cosen y finalmente se colocan frente al espejo para ver cómo luce. ¿Cuelga bien de los hombros? ¿Qué tal está la bastilla? ¿Se ve bien? ¿Es una prenda apropiada? y retroceden un paso.
De la misma manera al poner nuestra vida en perspectiva, retrocedemos un paso y miramos. La práctica Zen es hacer esto. Desarrolla nuestra capacidad de retroceder un paso y mirar. Recurrimos a un ejemplo práctico, un pleito.
La calidad sobresaliente en cualquier pleito es la soberbia. Supongamos que estoy casada y que tengo un pleito con mi esposo; él ha hecho algo que no me gusta, tal vez ha gastado los ahorros de la familia en un auto nuevo, y yo creo que el auto que tenemos sirve. Y pienso-de hecho lo sé- que tengo la razón.
Estoy enojada , furiosa y quiero gritar. ¿Qué puedo hacer con mi enojo? ¿Qué cosa de provecho puedo hacer con él? Primero, creo que es una buena idea retroceder un paso: hacer y decir lo menos posible. Mientras me alejo un poco, me puedo recordar a mi misma que lo que realmente quiero ser es lo que podemos llamar un Recipiente Más Grande. (En otras palabras, que tengo que practicar mi RMG.) Hacer esto es entrar en otra dimensión: la dimensión espiritual, si tenemos que llamarlo de algún modo.
Extracto tomado de el libro El Zen de Cada Día de Charlotte Joko Beck.
Me alejo un poco... respiro... paciencia...
ResponderEliminarUn abrazo Queo!!
Que bien explicado, y ponerlo en práctica ? parece sencillo pero no lo es,
ResponderEliminarhay obstáculos más difíciles de salvar y se consigue, este será uno más desde la observación consciente
Feliz dia queo
Un paso, siempre da distancia para no identificarse
ResponderEliminarBien dices alma, un abrazo.
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