Los acontecimientos de la vida se dan en la fuente infinita del suceso continuo.
Corren como agua al río sin preguntar o pensar si es bueno o malo, se dan por que siempre han sido y serán. El hombre es quien pone nombres o conceptos a los sucesos, que con afán quieren atraparlos, manipularlos, cambiarlos, pero estos se diluyen como el agua en mano para llegar a donde tienen que llegar; sea con un resultado conveniente o no para los involucrados.
Comprender y aceptar que uno solo es el observador de lo que acontece y poner la atención de cómo nos involucramos en ellos es lo que más cuesta trabajo llevar a cabo.
No estamos abiertos al misterio de la vida que va a desarrollarse en cada uno, todo queremos saber o entender para darle gusto y satisfacción al ego, a la identificación con los objetos.
Y aún más, que difícil y perdida de energía, es estar en esta lucha constante de ir contra la vida que finalmente se convierte en una guerra despiadada contra sí mismo.
Queoquina.
Maravilloso!!
ResponderEliminarGracias, amiga..... _/\_
Esa lucha es el gran agobio humano, cuando esto es comprendido el dolor queda asumido como un aspecto de la vida tan presente como otros, y el sufrimiento pierde sentido.
ResponderEliminarUn abrazo querida amiga.
y aún así la perfección juega su juego de "acertar y errar" y nosotros en medio de todo, ¿no?
ResponderEliminarun saludo con cariño
Santosham
Gorka...Namasté.
ResponderEliminarSi Delia en la comprensión se diluye esta lucha para dejarla simplemente fluir, un abrazo.
Santosham, Bienvenido, así es en medio de todo, aprendiendo a observar los acontecimientos, un abrazo.
Gracias mi querida Queoquina, pasé por alto esta maravillosa entrada que señala el camino recto sin bericuetos por los que nos adentramos buscando ¿Qué? cuanta energía desperdiciada......
ResponderEliminarTodo está bien, hasta que lo descubrimos
Abrazos para tí y tu hermosa familia