Y es que la verdadera enseñanza no viene de los libros ni de las escrituras. Viene de la vida misma, cuando despiertas una mañana y el panorama es brumoso, nada claro, te inmoviliza y de ahí depende si lo observes como un aprendizaje más del desapego o como un panorama de confusión existencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En unión se dice...