01 septiembre, 2015

Bienaventuranza

Jesús dijo:
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos”

Contemplando la vida de una comunidad indígena me vino a la mente esta Bienaventuranza de Jesús, y pensé: “Es que ellos ya viven en el Reino de los Cielos”, saben estar en contacto con su propio ser, el trabajo de la tierra se vuelve una alabanza, gozan el momento presente con la mayor simplicidad y alegría que les ofrece el “aquí y el ahora”.

En sus rituales conectan el alma con la creación.

Saben escuchar, observar y guardar silencio, que  de pronto, esos momentos de silencio se llenan  de espíritu con el lenguaje de la naturaleza que se les ofrece  con la belleza del campo, en los cielos, en sus animales en un todo.
Aunque la jornada de trabajo es ardua, no hay queja, cuando terminan se alegran por el trabajo hecho en comunidad y si alguien no puede dar su mejor esfuerzo, lo animan a descubrir la fuerza interna que se lleva dentro en donde los obstáculos se pueden disolver, solo estando presente en una aceptación de lo que la vida les da.
Sin apegos, ni deseos a pesar de las circunstancias ellos están tranquilos, tienen la paz porque no saben de los distractores de una vida  moderna, cotidiana, de presiones materiales y saben estar en unidad a pesar de las diferencias que puedan existir, porque la unión entre ellos es lo que tiene el valor de la vida misma.

Comen diario lo mismo, sin conocer el fastidio; y la alegría de un día de festejo en que matan uno de sus animales para compartirse en ese día especial  donde danzan con la energía y los ritmos se vuelven Uno.

Creo que ha eso se refería Jesús, aprender a vivir en este sentido, donde todo se da por la vida misma, sin miedos, ni ilusiones falsas que llevan a buscar en un mundo exterior que solo encuentra el sufrimiento.
Encarar las circunstancias difíciles si se dan, con la confianza de que todo es impermanente y que sus raíces siguen bien plantadas en el  suelo, como los arboles, ellos son así, de generación a generación han vivido lo que han tenido que vivir sin perder su verdadera esencia que es vivir el Reino de los Cielos en plena vida.


Queoquina. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En unión se dice...