08 septiembre, 2015







Recordare que la prudencia es la virtud que me lleva a la paz, que cuando mi mente se vea atropellada por ideas y emociones mis labios no pronuncien palabras y que en ese instante me llene de inmensa humildad y mesura; que permita dejar fluir a mi prójimo junto con sus circunstancias. Que mis deseos sean menguados en una profunda inhalación para poder convertirlos en amor incondicional, que asì sea.
Queoquina.

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