Los símbolos de esta vida son para hacer recordar nuestras virtudes y
momentos.
Como el canto de los pájaros para gozar un nuevo amanecer.
Cada día conlleva sus propios
símbolos, como un día de lluvia, soleado, con viento, nublado solo para mantener el
presente.
La sonrisa de un niño para la alegría,
el dolor ajeno para la compasión
al prójimo, o del propio sufrimiento como piedra angular de crecimiento.
Sus formas son infinitas y variados sus caminos
Los símbolos de las flores, sus colores o la mariposa pequeña
revoloteando entre el pasto en la confianza y seguridad de ser aún con tanta fragilidad.
O como los símbolos de la historia y la religión, tal vez para recordar
que el desapego nos libera de los deseos, de los pensamientos egoístas.
Bastas son sus maneras de hablarnos y al contemplar estos símbolos en
silencio y quietud comenzamos a entender las palabras del Divino para recorrer
el camino a la verdad.
Queoquina-
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